Antes de dormir, asomo la cabeza por la ventana para ver si puedo encontrarte, para ver si puedo llevarme tu imagen en la cabeza para al recostarme soñarte.
A veces no te veo, no me pongo triste porque se que aunque a veces no te vea ahí estas, se que en algún momento regresarás y me brindarás al principio una bella sonrisa que irá creciendo, para terminar con tu rostro mirando al mío, iluminando mis noches y guardando mi admiración y cariño.
Mis sueños te pertenecen al igual que mis suspiros, mis alegrías son compartidas, así como mis ilusiones; si, es verdad... No siempre te digo todos mis secretos pero eso es porque tu eres parte de algunos de ellos.
En otras ocasiones pareciera que la nostalgia nos visita, a veces no se si yo, eres tú o simplemente son las pocas horas que nos permiten comunicarnos cada día, cada noche, cada luna.
Luna plateada, te pido: sigue en mi camino, comparte conmigo esta vida aún a pesar de la distancia, de los tiempos, del clima... Comparte hasta el fin de mis días tanto tristezas, como extrañezas y alegrías.